Existe la creencia de que todos los grupos electrógenos funcionan exclusivamente con diésel, pero esto no es del todo cierto. Si bien el diésel es el combustible más común, existen otras opciones que pueden adaptarse a distintas necesidades.
Uno de los tipos más utilizados es el generador a gas, que puede funcionar con gas natural o GLP. Estos generadores son más ecológicos y producen menos emisiones contaminantes, lo que los hace ideales para aplicaciones en entornos urbanos o con regulaciones ambientales estrictas.
También existen generadores a gasolina, que suelen usarse en aplicaciones domésticas o pequeñas industrias debido a su menor costo inicial y facilidad de arranque. Sin embargo, su consumo de combustible es mayor en comparación con los de diésel.
En la actualidad, algunas industrias están apostando por generadores híbridos, que combinan diferentes fuentes de energía, como diésel y energía solar, optimizando el consumo y reduciendo el impacto ambiental.